Guerra comercial en pausa: Trump anuncia acuerdo con China
Washington y Pekín sellan pacto económico que marca un giro en la guerra arancelaria y promete estabilidad en sectores clave como el tecnológico y automotriz.
Washington, D.C., 11 de junio de 2025 —
El panorama económico global experimentó un giro significativo este miércoles, cuando el expresidente estadounidense, Donald Trump, anunció la culminación de un acuerdo comercial con China, poniendo en aparente fin a meses de tensa guerra arancelaria entre las dos mayores economías del mundo. El anuncio, realizado por Trump en su plataforma Truth Social, subraya un pacto que, de concretarse, reconfiguraría las dinámicas comerciales bilaterales.
«Nuestro acuerdo con China está cerrado, sujeto a la aprobación final del presidente Xi y mía», afirmó Trump, dejando claro que el pacto es una obra conjunta pendiente de la ratificación de ambos líderes. Uno de los puntos medulares del acuerdo, según el exmandatario, es el compromiso de China de suministrar «todos los imanes y las tierras raras que sean necesarios», un aspecto crucial para industrias estratégicas estadounidenses como la automotriz y la de defensa, que dependen en gran medida de estos recursos. A cambio, Estados Unidos se compromete a «proporcionar a China lo acordado, incluidos los estudiantes chinos que utilicen nuestros institutos y universidades», una medida que Trump siempre ha visto con buenos ojos.
En cuanto al reparto arancelario, Trump detalló que «Nosotros recibimos un total de 55 % de aranceles, China recibe 10 %», una distribución que, de ser precisa, marcaría un desequilibrio arancelario significativo a favor de Estados Unidos, aunque los detalles exactos de cómo se aplicará esta distribución aún no se han hecho públicos.
Un acuerdo forjado en Londres
Las negociaciones que condujeron a este pacto se desarrollaron a lo largo de dos días en Londres, en un ambiente que tanto las partes chinas como estadounidenses han calificado de «exhaustivo y franco». El objetivo central, según ambas delegaciones, fue reactivar el comercio bilateral y sentar las bases para una relación comercial más estable y predecible.
Además del suministro de tierras raras, el pacto incluye el suavizamiento de algunos controles de exportación por parte de Washington, lo que podría facilitar el acceso de empresas chinas a ciertas tecnologías y productos estadounidenses. Li Chenggang, negociador jefe chino, expresó optimismo, señalando que «Esperamos que el progreso logrado contribuya a generar confianza». Por su parte, Howard Lutnick, quien fungía como secretario de Comercio estadounidense en ese momento, indicó que este acuerdo permite a las partes avanzar hacia «un comercio positivo».
La perspectiva de Pekín
La Cancillería china, a través de un comunicado emitido este miércoles, confirmó el diálogo sostenido con Washington, describiéndolo como «franco y profundo, un profundo intercambio de puntos de vista sobre cuestiones económicas y comerciales». El ministerio enfatizó que las partes «llegaron a un acuerdo de principio sobre la aplicación del importante consenso alcanzado en la llamada de los dos jefes de Estado el 5 de junio y la consolidación de los resultados de las conversaciones económicas y comerciales en Ginebra sobre el marco de medidas para lograr nuevos avances en la solución de las preocupaciones económicas y comerciales de ambas partes». Esta declaración, aunque más cautelosa en su lenguaje que la de Trump, valida la existencia de un acuerdo sustancial y el compromiso de Pekín con su implementación.
Si bien el anuncio de Trump es prometedor, la fase final de aprobación por parte de los presidentes Donald Trump y Xi Jinping será crucial para determinar la trayectoria futura de las relaciones comerciales entre Estados Unidos y China. La implementación efectiva de este acuerdo podría marcar el inicio de una nueva era de cooperación, o al menos de una tregua, en la compleja relación económica entre las dos potencias.