Trump despliega tropas en Los Ángeles por disturbios migratorios
Tensión migratoria en EE.UU.: Trump despliega tropas en Los Ángeles ante protestas violentas por redadas
Los Ángeles, California — En un giro dramático de la crisis migratoria en Estados Unidos, la Casa Blanca anunció este sábado el despliegue de 2.000 agentes de la Guardia Nacional para contener las protestas que estallaron en Los Ángeles tras una serie de redadas migratorias llevadas a cabo por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). La medida, firmada por el presidente Donald Trump, ha generado una tormenta política y social, reavivando el debate sobre el uso de la fuerza militar en conflictos internos y las políticas migratorias del gobierno federal.
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, afirmó que la orden responde a ataques perpetrados por “turbas violentas” contra agentes federales durante operaciones de deportación rutinarias. “Estas tareas son esenciales para detener y revertir la invasión de criminales ilegales”, declaró Leavitt, utilizando un lenguaje que ha encendido aún más los ánimos en una ciudad históricamente diversa y con una alta población migrante.
La respuesta federal fue inmediata. Este domingo comenzaron a llegar unidades de la 79ª Brigada de Infantería de la Guardia Nacional de California a diferentes puntos de Los Ángeles. La Oficina del Comando Norte confirmó el despliegue, asegurando que más detalles serán divulgados conforme se incorporen nuevas unidades.
Protestas, enfrentamientos y vandalismo
Durante las últimas 72 horas, el centro y sur de Los Ángeles han sido escenario de enfrentamientos entre manifestantes y cuerpos de seguridad. Las protestas, inicialmente pacíficas, escalaron rápidamente hacia disturbios violentos que incluyeron quema de banderas estadounidenses, destrozos en comercios y enfrentamientos directos con la policía.
Los agentes antidisturbios utilizaron gases lacrimógenos y granadas de aturdimiento para dispersar a las multitudes que denunciaban la brutalidad de las redadas migratorias. En algunos videos que circularon por redes sociales, se puede ver a manifestantes ondeando banderas de Palestina y México, lo que fue interpretado por altos funcionarios como una afrenta directa a la ley estadounidense.
Uno de los mensajes más duros provino de Stephen Miller, subdirector del Gabinete de Políticas de la Casa Blanca y arquitecto de la política migratoria de Trump. En un post en X (antes Twitter), Miller calificó las protestas como “una insurrección contra las leyes y la soberanía de EE.UU.”. “Banderas extranjeras ondeando en ciudades estadounidenses para defender la invasión”, escribió.
Newsom y la alcaldesa de Los Ángeles: conflicto abierto con Trump
El gobernador demócrata de California, Gavin Newsom, respondió con dureza a la medida federal. “Esta es una misión equivocada y erosionará la confianza pública”, declaró en su cuenta de X, denunciando que la acción de la Casa Blanca es “deliberadamente incendiaria” y solo contribuirá a “aumentar las tensiones”.
Newsom también reveló que el Secretario de Defensa, Pete Hegseth, está evaluando el envío de fuerzas de la Marina a Los Ángeles, aunque no ofreció más detalles. La posibilidad de ver a militares desplegados en una ciudad estadounidense en medio de una crisis social ha encendido alarmas entre organizaciones civiles y legisladores demócratas.
La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, se ha mantenido firme en su rechazo a la intervención federal y ha pedido calma a los ciudadanos. No obstante, su capacidad de contención se ha visto cuestionada por el propio presidente Trump, quien en su plataforma Truth Social escribió: “Si el gobernador Gavin Newscum y la alcaldesa Karen Bass no pueden hacer su trabajo, entonces el Gobierno Federal intervendrá y resolverá el problema de la forma en que debe resolverse”.
Debate nacional sobre migración y uso de la fuerza
La crisis en Los Ángeles no solo refleja una profunda fractura entre el Gobierno federal y autoridades locales, sino que marca un nuevo capítulo en la narrativa migratoria de Donald Trump. A cinco meses de las elecciones presidenciales, el tema migratorio se perfila como uno de los ejes centrales de su campaña, apelando a su base más conservadora con discursos de mano dura y medidas de seguridad reforzada.
Grupos defensores de derechos humanos han expresado su preocupación por la militarización del conflicto. “La utilización de tropas contra manifestantes civiles, aunque haya disturbios, plantea graves interrogantes sobre el respeto a los derechos civiles en EE.UU.”, declaró Sarah Hidalgo, vocera de la organización Human Rights Now.
Mientras tanto, los residentes de barrios como Boyle Heights, Echo Park y South Central —zonas con alta presencia migrante— viven entre la incertidumbre y el temor. La normalidad en Los Ángeles parece lejana, mientras la ciudad se convierte en el epicentro de una nueva batalla política, legal y moral sobre el futuro de la migración en Estados Unidos.