Pemex recorta estructuras para ahorrar 250 mdd hasta 2026
Pemex inicia drástica reestructuración para enfrentar su pesada deuda
Ciudad de México, junio de 2025. — En un movimiento que sacude la estructura administrativa de la empresa petrolera más importante de México, Petróleos Mexicanos (Pemex) anunció esta semana una ambiciosa reestructuración financiera que busca generar un ahorro de 4.978 millones de pesos (cerca de 250 millones de dólares) durante 2025 y 2026. La medida pretende optimizar recursos en medio de la creciente presión que ejerce su abultada deuda financiera y los pagos pendientes con proveedores.
El anuncio, difundido mediante un comunicado oficial, detalla que la compañía reducirá estructuras administrativas y eliminará redundancias en áreas clave como comercialización, planeación, capital humano, costos y contratación de servicios.
“Se ha decidido reducir estructuras administrativas y corregir redundancias identificadas en áreas como comercialización, planeación, capital humano, costos y contratación de servicios, con la finalidad de mejorar la eficiencia operativa”, señala el documento.
Según Pemex, el objetivo es contener el gasto en nómina sin afectar la operación sustantiva de la empresa, especialmente la relacionada con la exploración, extracción y producción de hidrocarburos. La medida apunta a reducir costos en los departamentos de soporte administrativo, considerados los menos críticos para las funciones productivas de la petrolera.
Ahorros millonarios para 2025 y 2026
De acuerdo con el cronograma de recortes, Pemex proyecta un ahorro de 3.532 millones de pesos (184 millones de dólares) para el año 2025, lo que equivale al 9,41 % del presupuesto autorizado por el Congreso para contrataciones de plazas permanentes. Para 2026, el ajuste presupuestal será de 1.266 millones de pesos (66 millones de dólares), equivalentes al 12,78 % de sus recursos asignados para ese ejercicio.
Estas cifras reflejan un esfuerzo relevante en términos de gasto corriente, aunque representan apenas una fracción del reto financiero que enfrenta la empresa.
Deuda histórica presiona a la empresa
El diario El Sol de México ha contextualizado esta reestructuración como una medida desesperada ante el creciente pasivo financiero que arrastra Pemex. La petrolera estatal mantiene una deuda que supera los 101.000 millones de dólares, una de las más elevadas del sector a nivel global. A ello se suman otros 20.000 millones de dólares por pagos atrasados a proveedores, lo que en conjunto sitúa a la empresa en una situación financiera crítica.
En este contexto, cualquier esfuerzo por reducir gastos operativos —incluso en áreas administrativas— resulta vital para sostener la viabilidad de la empresa a mediano plazo. Sin embargo, especialistas advierten que sin una reconfiguración profunda de su modelo de negocio, los recortes podrían ser insuficientes para revertir el deterioro financiero acumulado en la última década.
¿Recorte o reforma estructural?
Aunque el comunicado de Pemex subraya que los recortes no afectarán la operación esencial de la empresa, analistas en energía y finanzas públicas consideran que la medida podría ser solo el primer paso de una reestructuración más profunda, que eventualmente incluya cambios en el régimen fiscal de la petrolera, nuevas políticas de inversión y una revisión integral de su papel dentro del sector energético mexicano.
Además, el contexto político también juega un papel relevante: el gobierno federal, que históricamente ha respaldado a Pemex con inyecciones de capital y alivios fiscales, enfrenta presiones presupuestarias crecientes en un entorno económico global incierto.
«En conclusiòn, la reestructuración financiera anunciada por Pemex representa una señal clara de que la empresa busca adaptarse a las exigencias de un mercado energético cambiante y a las restricciones fiscales que impone su deuda. No obstante, el éxito de esta estrategia dependerá de su implementación efectiva, del apoyo gubernamental y de la capacidad de Pemex para mantener su producción y competitividad sin sacrificar la calidad operativa.
Para muchos, el recorte de casi 250 millones de dólares no será suficiente si no va acompañado de una transformación estructural más profunda que permita a la petrolera dejar de depender del presupuesto federal y operar con mayor eficiencia y autonomía.»