EE.UU. inicia en julio la producción masiva de la bomba B61-13
La más reciente versión de la histórica bomba termonuclear B61 busca reforzar la capacidad de disuasión nuclear ante un mundo más inestable
Washington, 29 de mayo de 2025 — La Administración Nacional de Seguridad Nuclear de Estados Unidos (NNSA, por sus siglas en inglés) anunció este mes que comenzará en julio la producción masiva de la B61-13, una bomba termonuclear de nueva generación. Este modelo, que representa una evolución directa de la legendaria B61 desarrollada en la Guerra Fría, marcará un hito en la estrategia de disuasión nuclear de EE.UU. La finalización del proyecto está prevista para el año 2027.
La primera unidad ya fue fabricada, y el secretario de Energía, Chris Wright, celebró el hito como una prueba del “ingenio de nuestros científicos e ingenieros y de la urgencia que enfrentamos para fortalecer la disuasión en una nueva era volátil”. En su declaración, Wright afirmó que el desarrollo de esta bomba “demuestra la fortaleza estadounidense tanto a nuestros adversarios como a nuestros aliados”.
Herencia atómica desde la Guerra Fría
La familia de bombas B61 tiene una historia profundamente enraizada en la política de defensa estadounidense. Su desarrollo comenzó poco después de la Crisis de los Misiles de Cuba, cuando el gobierno de EE.UU. encargó a los científicos del Laboratorio Nacional de Los Álamos una nueva clase de arma capaz de responder a las crecientes necesidades estratégicas de penetración y flexibilidad táctica.
Diseñada inicialmente para superar objetivos protegidos bajo capas de tierra, roca o concreto, la B61 se convirtió en uno de los pilares del arsenal nuclear estadounidense. Desde 1968, se han producido más de una docena de variantes. La B61-13, en particular, se perfila como la sucesora de algunas de las B61-7 aún activas, una de las versiones más potentes con una capacidad explosiva de hasta 360 kilotones.
Tecnología y despliegue estratégico
La B61-13 es una bomba de caída libre que puede ser lanzada desde diversas plataformas aéreas, entre ellas el bombardero estratégico B-2 Spirit, los cazas F-15, F-16 y F-35, el Panavia Tornado y el futuro B-21 Raider. Esta adaptabilidad es una de sus mayores fortalezas, permitiendo que EE.UU. mantenga una postura nuclear flexible en múltiples escenarios.
En comparación, la B61-13 posee una potencia 24 veces superior a la bomba Little Boy que devastó Hiroshima en 1945, y 14 veces mayor que Fat Man, lanzada sobre Nagasaki. Aun así, su uso, como ha sido históricamente con toda la familia B61, está limitado por doctrina militar exclusivamente a la disuasión.
Disuasión global: una red que permanece activa
Estados Unidos continúa manteniendo armas nucleares en bases extranjeras, como parte de su red global de disuasión. Según datos del Centro para el Control de Armas y la No Proliferación (2023), hay unas 100 ojivas B61 desplegadas en seis bases aéreas en Europa y Asia:
-
Italia: 35 ojivas en las bases de Aviano y Ghedi Torre
-
Turquía: 20 ojivas en la base de Incirlik
-
Bélgica, Países Bajos y Alemania: 15 ojivas en cada país
Este despliegue, aunque heredado de la Guerra Fría, ha tomado un renovado protagonismo ante las tensiones crecientes con potencias como Rusia y China, así como la proliferación nuclear en otros puntos sensibles del planeta.
Un mundo más incierto, una disuasión más robusta
El anuncio de la B61-13 no ocurre en el vacío. El contexto internacional actual está marcado por una inestabilidad creciente: la guerra prolongada en Ucrania, las tensiones en el mar de China Meridional y el deterioro de acuerdos de control de armas como el Nuevo START entre EE.UU. y Rusia han avivado el interés por reforzar las capacidades nucleares.
Además, los avances tecnológicos en defensa antimisiles y las crecientes capacidades hipersónicas de algunos países obligan a revisar el equilibrio estratégico global. En ese marco, la B61-13 actúa como una respuesta directa, más sofisticada y penetrante, sin necesidad de recurrir a nuevas pruebas nucleares, gracias al conocimiento acumulado y la simulación digital avanzada.
¿Renovación o carrera armamentista?
Si bien el gobierno de EE.UU. insiste en que la B61-13 forma parte de una estrategia de modernización y no de expansión del arsenal nuclear, diversas voces en la comunidad internacional advierten sobre el riesgo de desencadenar una nueva carrera armamentista. El movimiento antinuclear y organizaciones civiles han criticado la falta de transparencia y el posible aumento de tensiones globales derivadas de esta iniciativa.
No obstante, el mensaje de Washington es claro: Estados Unidos busca mantener su liderazgo y credibilidad estratégica en un entorno donde las amenazas son más sofisticadas, múltiples y, a menudo, impredecibles.
«El inicio de la producción masiva de la B61-13 marca una etapa decisiva en la evolución del poder nuclear estadounidense. Si bien continúa bajo el marco de disuasión, su desarrollo refleja un cambio significativo en la arquitectura de seguridad global. Con una mirada puesta en 2027, el mundo observará con atención si esta modernización fortalece la estabilidad o desencadena nuevas tensiones en la ya frágil balanza del poder atómico mundial.»