Israel intensifica uso de escudos humanos en Gaza, según AP
Víctimas y soldados revelan a AP que las FDI obligan a palestinos a entrar en túneles y edificios antes de operaciones, violando normas humanitarias internacionales.
Un nuevo reporte de The Associated Press (AP) ha sacado a la luz una preocupante práctica militar que, pese a estar prohibida por el derecho internacional y condenada por el Tribunal Supremo de Israel desde 2005, se ha vuelto sistemática en los actuales operativos de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) en la Franja de Gaza: el uso de palestinos como escudos humanos.
Basado en testimonios directos de siete palestinos detenidos por las FDI y dos soldados israelíes que admitieron haber participado en estas acciones, el informe revela que civiles palestinos han sido forzados a entrar en edificios y túneles antes que las tropas, como parte de lo que se ha denominado informalmente el “protocolo mosquito”. Esta práctica, según las fuentes citadas por AP, tiene como objetivo principal reducir el riesgo para los soldados y los perros de combate, así como ahorrar municiones.
Uno de los testimonios más impactantes es el de Abu Hamadan, un palestino que estuvo 17 días bajo custodia militar. Durante ese tiempo, fue obligado a revisar viviendas y buscar túneles cavados por militantes de Hamás. Según narró, tras validar que los espacios estaban “limpios”, los soldados ingresaban para demoler las estructuras. “Pasaba la noche encerrado en una habitación oscura, solo, hasta que amanecía. Y al siguiente día, lo mismo”, relató.
Una estrategia institucionalizada
Según relataron los soldados que hablaron con AP bajo condición de anonimato, la práctica comenzó tras el estallido de la guerra con Hamás en octubre de 2023, y se extendió ampliamente a mediados de 2024. A los palestinos utilizados en estas misiones se les refería de manera despectiva como “avispas”, y las órdenes para capturarlos eran transmitidas por radio mediante abreviaturas conocidas dentro de las unidades.
Uno de los uniformados detalló que, cuando su grupo se mostró reacio a seguir usando escudos humanos, un oficial superior respondió que no debían preocuparse por el derecho internacional humanitario: “Nos dijo que no teníamos otra opción”, afirmó.
Además de la gravedad de los hechos, el contexto de su aceptación dentro de la cadena de mando genera preocupación entre los organismos defensores de los derechos humanos, que denuncian una normalización de métodos prohibidos por la legislación internacional y las propias instituciones israelíes.
Una práctica prohibida, pero persistente
Organizaciones de derechos humanos han advertido durante años que el uso de civiles palestinos como escudos humanos por parte de las fuerzas israelíes no es un fenómeno nuevo. Aunque el Tribunal Supremo de Israel lo proscribió en 2005, diversas investigaciones documentan que la práctica nunca desapareció del todo.
Lo que alarma ahora es su sistematización y el hecho de que altos mandos dentro del Ejército israelí parecen tolerarla —e incluso alentarla— como parte de una estrategia militar operativa.
La comunidad internacional ha condenado reiteradamente estas acciones. El uso de escudos humanos está expresamente prohibido por los Convenios de Ginebra y se considera un crimen de guerra según el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional. Sin embargo, la rendición de cuentas ha sido escasa, y los mecanismos de investigación internos de las FDI suelen archivar o minimizar las denuncias.
Silencio oficial y creciente indignación
Hasta el momento, el gobierno israelí no ha respondido públicamente a los señalamientos del reportaje de AP. Las FDI tampoco han emitido un comunicado oficial al respecto.
Entretanto, la noticia ha encendido las alarmas en diversas capitales y en organismos internacionales como Naciones Unidas y Amnistía Internacional, que exigen una investigación independiente y transparente sobre estos presuntos crímenes.
En un escenario donde la violencia se intensifica y las líneas éticas parecen desdibujarse, la denuncia sobre el “protocolo mosquito” reaviva el debate global sobre la impunidad, la deshumanización del enemigo y los costos humanos del conflicto palestino-israelí.
“Usar a civiles como herramientas tácticas es una violación flagrante de las leyes de la guerra, sin importar el contexto o el enemigo”, dijo a AP un representante de Human Rights Watch.
Mientras tanto, los testimonios de quienes vivieron esta realidad —en el campo de batalla y en carne propia— dibujan un panorama sombrío de una guerra que sigue devorando a los más vulnerables.